ARENILLA por Alejandro Molinari
Querida Mariana: me encanta hablar de buenas acciones. En tiempos difíciles para el crecimiento del espíritu humano es importante hacer notar los actos sublimes.
Vos sabés que a mí me encanta la definición que dice que cultura es todo lo que hace el ser humano. Claro, en esta escala, como todo en la vida, hay niveles.
La música es una de las ramas del gran árbol de la cultura. Ahora, en las ferias regionales hemos sido testigos de los actos musicales que se han presentado en los espectáculos masivos. Pero en La Independencia ocurrió un acto que llamó la atención, dentro de la programación apareció la participación de la gran cantante Lila Downs. Dicha inclusión fue una nota amable, porque se alejó del lugar común de la canción popular intrascendente. La presencia de Lila en la feria de La Independencia fue como una siembra sensacional. Todo mundo felicitó a los organizadores, todo mundo reconoció que el ingeniero Sebastián, presidente municipal, había realizado un acto de siembra maravillosa. La noche de la actuación de Lila fue una noche brillante, por la presencia de la audiencia y por la entrega profesional de la gran cantante.
Los conocedores musicales alabaron la decisión de invitar a Lila; y las personas que jamás habían escuchado a Lila (porque no es una cantante que sea promovida en las emisoras radiofónicas que difunden música menor) recibieron por primera vez un tipo diferente de música.
Lo que las autoridades municipales de La Independencia hicieron fue una siembra, una siembra prodigiosa, porque toda música es producto cultural, pero hay diferencia entre la música llena de acordes y letras con imaginación y la música que es una mera repetición de tonos simples y con letras intrascendentes.
Sólo para darnos una idea de la importancia de Lila busqué información en el Internet y hallé que ella ha cantado en festivales como el New Orleans Jazz; en el Live Earth, en Alemania; y en el Harmony Festival, en California, USA. La información recalcaba que ella, a través de su música, reivindica las raíces mexicanas, la esencia cultural.
Pues ella estuvo en la feria de La Independencia, mucha gente de otras ciudades llegó al concierto y, al lado de la gente del lugar, disfrutó de un espectáculo de calidad, de un acto que hizo diferencia, que fue siembra de cultura fina. Y hay más, este sábado 26 de julio 2025, a las seis de la tarde, en el Centro Recreativo de La Independencia, también en forma gratuita, se presentará un Concierto de Jazz Folk, con la intervención de grandes artistas musicales, entre ellos mi pariente Julio Flores Bermúdez. ¡Bien, más que bien!
Y ahora, la siembra musical será en Comitán. Es una noticia espléndida, porque el paso es hacia arriba, la música más exquisita estará presente en las manos de Max y en la voz de Mariana, tu tocaya.
Sucede que el próximo 2 de agosto 2025, en la Casa Museo Belisario Domínguez dos grandes artistas actuarán, como dicen los clásicos: “para el culto público de la ciudad y de lugares cercanos”. Sí, el comiteco Maximiliano Domínguez Mayorga y la tuxtleca Mariana Chandomí abonarán el espíritu con su talento. Max, vos lo conocés, es un gran ejecutante del piano y tu tocaya es una gran cantante. El recital de voz y piano será espléndido.
Mirá cómo se llamará el acto artístico: “El alma de la canción”, en el título está sustentada la esencia del acto. Las palabras “alma” y “canción” sintetizan la gloria de la cultura de los pueblos. Ahora, digo yo, muchas canciones van dirigidas al cuerpo y no al alma, por eso son tan superficiales, tan de piel y no de espíritu.
Los jóvenes artistas, porque Max y Mariana son muy jóvenes, sembrarán una pequeña ceiba que, sin duda, será inmensa conforme la gente acepte y abra las ventanas de su sensibilidad.
La cultura, vos y yo lo sabemos, es un proceso de cultivo. Si le damos una vuelta al proceso histórico vemos que todo, en forma paulatina, ha ido creciendo hasta alcanzar alturas insospechables. La agricultura fue elemental hace siglos, ahora los agricultores tienen a su favor herramientas tecnológicas que ayudan al proceso de siembra y de cosecha. El otro día vi que en un país civilizado y científicamente preparado cuidaban la siembra, enormes campos, a través de drones.
Bueno, lo mismo puede aplicarse a todas las actividades humanas. El paso de los años ha ido decantando el desarrollo. ¿Cómo comenzaron los medios de transporte? Comenzaron con el descubrimiento de la llanta y luego fueron movidos a través de tracción animal. ¿Ahora? Ahora vemos grandes automóviles que se mueven con energía eléctrica. La ciencia a favor del ser humano. Claro, los actos bélicos también son cultura, pero estos eventos degradan el espíritu.
Todo es cultura, pero lo que Max y Mariana harán la tarde del 2 de agosto, en la Casa Museo Dr. Belisario Domínguez, será un acto de relevancia. El acto será a las seis de la tarde y será gratuito, como gratuito fue el espectáculo que Lila presentó en el parque central de La Independencia.
Todo mundo está invitado. Este acto será un recital de gran trascendencia, elevará nuestra sensibilidad. Los jóvenes estudiantes de la Universidad Veracruzana, alumnos destacadísimos, se darán una vueltita por nuestra tierra, tierra de Max, para llevarnos a un espléndido viaje musical, basta que las personas lleguen con el ánimo dispuesto a escuchar algo sublime, algo que no es la música de todos los días. La pequeña sala de la Casa Museo Dr. Belisario Domínguez se convertirá en una gran sala de concierto, como si los espectadores estuvieran en la Ópera de París recibirán una lluvia de pétalos del árbol doble eme (Max y Mariana). ¿Qué escucharemos? Dos canciones de famosos autores europeos y luego canciones mexicanas de todos los tiempos. Dos jóvenes artistas descolgarán lo mejor de nuestra música para decirnos que el tiempo ha permitido conservar frescas esas partituras. Cosa contraria sucede ahora, porque la música es desechable, apenas llega aparece otra y ambas desaparecen días después, porque no tienen la calidad de las interpretaciones de Lila ni las de Mariana y Max.
Si habláramos de bebidas diríamos que mucha música actual es como un tequila rasposo, como un buche de Charrito. Lo de Lila Downs y lo de Mariana y Max se acerca mucho a un licor delicado o a una copa de champaña o un vino chileno de excelencia. Max y Mariana también vienen a sembrar, de manera generosa, en medio de su juventud, entregan lo mejor de su arte y del arte musical universal. Ellos propician la diferencia. Vienen a Comitán a entregar lo mejor de sus dones. Todo Comitán debe aprovecharlo, todo Comitán debe anotar la fecha en su agenda: 2 de agosto, 6 de la tarde, Casa Museo Dr. Belisario Domínguez, majestuoso escenario, residencia del máximo héroe civil de nuestro pueblo. Tendremos música selecta en el terruño, dos jóvenes sembradores vendrán a enriquecer nuestro depauperado espíritu, vendrán a inyectar energía para iluminar la vida.
Posdata: la soprano Mariana Chandomí y el gran pianista Maximiliano Domínguez Mayorga también participarán el 7 de agosto en el Teatro Francisco I Madero, de la ciudad capital chiapaneca. Actuarán en un acto organizado por el CONECULTA que conmemorará el quincuagésimo primer aniversario luctuoso de nuestra pichita comiteca consentida: Rosario Castellanos. El acto en Tuxtla Gutiérrez se llama “Entre música y poesía”. Martha Elba Zambrano Oropeza, Ana Lilia Nucamendi, Isaac Castillo y Eduardo Hidalgo, moderados por Uvel Vázquez, leerán poesía; a continuación, Mariana Chandomí y Maximiliano Domínguez Mayorga ofrecerán el recital “El alma de la canción”. ¿Mirás? Antes estarán con nosotros en Comitán.
Alma y Canción son los dos ejes que alimentan el acto musical de Mariana y Max. Ellos entregan su talento con el alma, interpretan la canción (que es palabra acompañada de música); la audiencia escucha, abre su espíritu y deja que las magníficas aves vuelen frente a ellos, que refresquen la estancia con el aleteo sublime. Las aves que ellos sueltan son como colibríes, como canaritos, no son los zanatotes que ahora irrumpen en nuestras habitaciones con la música populachera, denigrante.
Anotá, querida mía, que el 2 de agosto a las seis de la tarde, tenés una cita con el aire fresco.
¡Tzatz Comitán!
